Memorias de un Campus Gigantes Basket Lover para el recuerdo en Granada

Domingo 26 de junio, 08:30 de la mañana, estoy en la puerta del Pabellón El Deyre de Otura, hay una cierta presión en el estómago, un leve temblor en la manos que intento ocultar, una vorágine de nervios, emoción e ilusión pugnan en mi interior. Ante mí se presenta el gran reto de organizar el Campus Gigantes Basket Lover que por primera vez llega a Granada

Entro en la pista con la cabeza gacha, repasando mentalmente lo que espero de esta semana. Me giro hacia la grada y allí están, más de 50 niñas y niños, de diferentes lugares, diferentes edades y que en un principio solo tienen en común la cara de sueño, para ellos debe de ser bastante duro madrugar un domingo justo cuando acaba de terminar este curso escolar tan complicado que hemos vivido, han hecho un gran esfuerzo para estar aquí esta mañana. 

Se aceleran las pulsaciones.  El Equipo Técnico divide en grupos a los participantes. Uno de los grandes protagonistas de esta semana entra en acción, todos quieren sentir su tacto en las manos, su sonido característico inunda las instalaciones, el bote desacompasado de más de cincuenta balones botando en la cancha enmudecen las dudas y nervios hasta hacerlos desaparecer por completo y todo queda completamente inundado de BALONCESTO.

 

Allá donde mire todo rebosa de autentica pasión por el baloncesto, los pequeños radiantes de alegría con su balón en las manos, los ojos de los entrenadores irradian pasión por el baloncesto a los expectantes jugadores, driblings, fintas, sonrisas, reversos, tiros, bandejas, risas, entradas a canasta y de repente el primer día de Campus ha terminado. Respiro hondo, un cosquilleo recorre mi cuerpo erizándome el vello de la piel. Esto va a ser una autentica pasada.

 El compendio de sensaciones vividas en el primer día solo han ido en aumento con el transcurso de los días, el trabajo duro, esfuerzo y afán de superación de cada entrenamiento siempre acaba con una sonrisa en los labios de los entrenadores y la cara de satisfacción de las jugadoras y jugadores. El sonido del balón se intercala continuamente con el de las risas.

En la visita del jugador de ACB, Pepe Pozas, conocieron de primera mano anécdotas y experiencias del jugador. A Miguel no le cabía la sonrisa en la cara cuando ganó una de las competiciones de tiro del BabyBasket formando pareja con todo un jugador de Coosur Real Betis. Los Junior alucinaron con la demostración de como hacer un step back lateral y que tu rival vaya «a por uvas» y se sacó un «Ooooooo» del pabellón cuando uno de los chavales le pidió un balón y Pepe lo pasó por la espalda desde la otra canasta volando por toda la pista hasta aterrizar en las manos de un alucinado jugador.

La visita de las jugadoras profesionales Peque Cerqueira, su hija, Marina Gea y Rebeca Rodríguez no dejo a nadie indiferente cómo dejaron patente en la firma de camisetas. La cara de incredulidad e ilusión de las más pequeñas no tiene precio. La pachanga de los mayores con Cristina Sanchez Cerqueira, jugadora de Selección Española U17 será inolvidable para todos.

Las anécdotas sobre Giannis Antetokounmpo que nos contó José Manuel Puertas en la presentación de su libro sobre la trayectoria del jugador de la NBA sacaron las sonrisas del expectante público. El abrazo de las jugadoras y jugadores con los entrenadores el último día no se puede pagar con dinero.

La cara de satisfacción del equipo técnico después de una semana de trabajo duro en la que han inculcado parte de su pasión por el baloncesto en tantas niñas y niños es indescriptible.

¿Qué como ha ido el Campus Gigantes Basket Lover en Granada? Ni tan mal.

Feliz verano y mucho BALONCESTO.