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David Sardinero

Gigantes del Basket cierra 2020 con más suscriptores que nunca desde que hacemos una revista mensual. Y eso, en un año como este, es una alegría que queríamos compartir con nuestros lectores. Al igual que muchos, pensábamos que 2020 iba a ser un buen año para el baloncesto; después de ser campeones del mundo en 2019, había unos Juegos Olímpicos en Tokio en los que nuestras selecciones podían seguir cosechando éxitos. El Barça y el Real Madrid aspiraban a conseguir la Euroliga y se podía pensar en más éxitos españoles en Europa, tanto en la Eurocup como en la BCL. Y nosotros, en 2020, celebrábamos los 35 años de vida de Gigantes. La realidad ha sido muy diferente y también creo que es interesante compartir cómo hemos vivido nosotros este año.

2020 ha sido un año muy difícil para todos y, profesionalmente, debo admitir que para los medios de comunicación, tremendamente complicado. Y más aún para un medio como el nuestro, que vive con la actualidad en la web y que la acompaña todavía en muchas ocasiones con los números en papel. El baloncesto, nuestra vida y nuestro deporte, se paró por completo de un día para otro. Y ahí tengo que confesar que todos nos quedamos en shock. No sabíamos cómo reaccionar ni cómo evolucionaría esto. Hicimos revistas que no sabíamos si podríamos imprimir o distribuir, durante algunas semanas ni siquiera pudimos enviar los números ya impresos a nuestros suscriptores. Durante esos días leímos más el BOE que ESPN. Y eso no es bueno.

Como en muchas empresas, vivimos ajustes en la plantilla, compañeros que nos dejaron y se esfumó nuestro sueño de seguir creciendo en nuestros campus de baloncesto por toda España, en los que estábamos registrando récords de inscripciones, con nuevas sedes en Cataluña y más ilusión y esfuerzo que nunca. Y todo esto llegó apenas unas semanas después del fallecimiento trágico de Kobe Bryant, al que quisimos rendir homenaje con un número especial en el que nos vaciamos mental y físicamente para estar a la altura.

Por eso creo que lo más constructivo ahora mismo es quedarnos con lo bueno, que también lo ha habido. Seguramente estos días lean muchos artículos repasando lo malo que ha sido el 2020. Yo quería contar las vicisitudes que hemos vivido, sí, pero el mensaje final es de agradecimiento y optimismo. Primero, por el apoyo y el cariño recibido. Como decía al principio, cerramos el año con más suscriptores que nunca y hemos recibido una enorme cantidad de mensajes agradeciendo nuestras revistas y nuestro esfuerzo. Los ejemplares monográficos sobre Jordan y Kobe tuvieron una enorme acogida y nos ayudaron y obligaron a impulsar y desarrollar nuestra tienda online, acelerando un proceso de digitalización y logística clave para el futuro.

Me quedo también con la alegría que supuso poder salir en los kioscos con el número de abril. En 35 años, nunca había dejado de estar en kioscos la revista Gigantes. Y en abril estuvimos a punto de tener que parar. Mención aquí también para los kiosqueros, que también han estado al pie del cañón en todo momento, y nos permitieron poder seguir estando en sus establecimientos, así como a empleados de Correos y repartidores. Esos días nos llegaron mensajes de agradecimiento porque tener la revista había servido a nuestros lectores para evadirse durante el confinamiento más duro con unas horas de lectura. Solo por eso, todo esto mereció la pena.

Y para acabar, una de nuestras alegrías de este 2020: finalmente se pudieron hacer algunos campus y después de muchas semanas encerrados en sus casas, los más jóvenes pudieron disfrutar del baloncesto y del deporte en varias de las sedes de nuestros campus, que se esforzaron al máximo para garantizar las medidas y protocolos establecidos y no registraron ningún caso entre todos los participantes. Con el apoyo de socios y patrocinadores hemos conseguido sobrevivir al año más complicado de nuestras vidas. Gracias a todo el equipo y a todos los que han compartido sus horas de trabajo conmigo en este proyecto. Por un 2021 Gigante.

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