Un internacional absoluto se pasa por Manilva: Dani Díez disfruta en el Campus Gigantes

En el cuarto día del Campus Gigantes en Manilva, los jugadores han sumado una nueva experiencia que seguro que recordarán durante toda su vida: la oportunidad de conocer al jugador del Iberostar Tenerife, el internacional español Dani Díez (27 años, 2,01).

Así ha sido el día con Dani Díez

La esperada visita no llegó hasta bien entrada la mañana, cuando la puerta del Pabellón Las Viñas se abrió para dar la bienvenida al que ha sido siete veces internacional absoluto con la Selección Española. Todos los chicos, desde los más pequeños hasta los mayores, mostraron su alegría y entusiasmo por conocer y ver más de cerca al alero, respetando siempre las distancias de seguridad. La sorpresa para el jugador fue observar el espectáculo de bienvenida que los jugadores y monitores habían preparado. El pabellón manilveño tomaba la forma del pasillo que marcaban los niños, quienes aplaudían y gritaban el nombre de Dani a su paso. El jugador recorrió todo el camino hasta terminar realizando un mate y encestando la canasta.

Siguiendo las recomendaciones sanitarias por la Covid-19, a diferencia de otros años, el jugador no pudo estar reunido con todos los niños a la vez ni tener contacto físico. Para evitar las aglomeraciones, se decidió que el jugador visitase cada set y así los niños lo pudiesen conocer mejor respetando la distancia de seguridad. Siempre cumpliendo la normativa, el jugador se mostró muy cercano e implicado con cada uno de los jugadores. Además, todos los chicos tuvieron la oportunidad de realizarse una foto con Dani e intercambiar algunas palabras.

Como broche final, Díez ofreció una ronda de preguntas a todos los jugadores. En el interior del pabellón, los jugadores se sentaron guardando las distancias y ocupando toda la pista. La sorpresa para Díez fue descubrir cuántas inquietudes y preguntas tenían los pequeños. “¿Cuánto tiempo entrenas?” era la pregunta más común por parte de los niños, inquietos por conocer qué hay que hacer para convertirse en un jugador profesional. Dani se mostró muy positivo y animó a los niños a seguir formándose en su deporte favorito. Además, firmó varias postales con su fotografía e incluso algún que otro zapato y camiseta.

Una jornada de nuevo para el recuerdo

El día comenzaba como los anteriores, una vez tomada la temperatura a cada niño y haber pasado por la zona de desinfección, todos los jugadores se reunían para iniciar el calentamiento grupal habitual. No obstante, los nervios e ilusión porque llegara el jugador se notaba en las caras de los jóvenes, a quienes les costó concentrarse durante el entrenamiento. Un campus muy diferente al de otros años pero que está dejando momentos muy especiales, en esta ocasión con Dani Díez.

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